martes, 15 de febrero de 2011

LA GENTE HABLA

La gente habla. Está en su derecho. Los políticos escuchan. Es su obligación. Algunos, lamentablemente los más, además manipulan lo que la gente dice. Es triste, pero al tener la misma posibilidad de dar a conocer su voz una persona que un millón, es fácil pervertir el sistema. La verdad, por mucho que sea buena, puede enmascararse de muchas formas. Un hecho beneficioso, necesario, incluso urgente y bueno, hábilmente enmascarado y presentado por gente oportunista y hábil con la palabra, puede convertirse, sutilmente, en algo caprichoso, malo para todos, y sobretodo innecesario. Todo en interés del bien de una persona, o bien de un colectivo menor, no en el de todos.
El hecho es que en un país donde una gran parte de la construcción, por no decir toda, una vez explotada la burbuja inmobiliaria, depende de la obra pública, esta no debe parar, ni la administración debe frenar sus inversiones. Lamentablemente, y hay muchos responsables, la construcción ha sido y algunos pretenden que vuelva a ser el motor de nuestra economía. El conocido ‘ladrillo’. Y una parte de esta construcción depende del estado.
La obra pública, la hay de tres tipos: la promovida por la administración central, el estado; la promovida por la administración autonómica, en nuestro caso la Generalitat; y la promovida por la administración local, los ayuntamientos. Caso aparte es la Diputación, sus intereses y su criterio para seleccionar localidades donde invertir.
Pues bien, si las cosas se hubieran hecho bien hechas, los ayuntamientos tendrían liquidez, y podrían continuar ejecutando obras publicas. En este caso, las empresas locales, las que más se deberían beneficiar de este tipo de obras, ya que por volumen no suelen optar a carreteras, hospitales o escuelas, al menos en nuestro pueblo, no perderían una importante cantidad de sus ingresos. Y el pueblo seguiría mejorando sus instalaciones, las más necesarias, se entiende.
Pero lamentablemente, en Betxí no se han hecho las cosas bien echas, como en muchos otros pueblos. Es ahí, donde los ayuntamientos, asfixiados por las deudas, y las empresas, que cobran tarde y mal sus trabajos realizados para la administración, necesitan un balón de oxígeno. Es ahí donde surge, donde se crea, y donde se utiliza, el denominado ‘Plan Zapatero’. La idea es buena: generar puestos de trabajo mediante la cesión de fondos a los consistorios, bajo determinadas condiciones. Y dinero contante y sonante, para que las empresas cobren al día, y no a noventa días o a los dos años, como se ha hace en el Ayuntamiento de Betxí. Si las cosas se hubieran hecho bien, gracias a estas inversiones se habrían mantenido empleo, e incluso podrían haberse generado más, si las cosas hubieran estado bien hechas, claro.
Las inversiones a realizar con el dinero del estado, las marca el consistorio. Del ayuntamiento, de nuestro Ayuntamiento y su equipo de gobierno, depende a que inversiones se dedican estos fondos, y sobretodo, con que condiciones se licitan las obras. Gracias al dinero del Gobierno de España, y a su política de inversión en obra pública menor, en Betxí se han construido nuevos vestuarios en el campo de futbol, se van a finalizar las instalaciones del Teatro Municipal. También se pudo intentar solucionar el problema de las aguas pluviales o se ha construido el Centro de Día, además de crear dos áreas con conexión wifi de acceso a Internet, como son la Biblioteca y el Ayuntamiento, mejorar las instalaciones de depuración de aguas en la piscina municipal y además sufragar una parte de los gastos que genera la Escuela Infantil Pequelar. Incluso se remodeló sin sentido la plaza Portal de València, con el resultado que todos conocemos.
Es el ayuntamiento el responsable de gastar el dinero, y de mantener y poner en marcha las instalaciones. Y también es el responsable de malgastarlo si las obras no son necesarias, no se tiene la autonomía para  su funcionamiento, o se licitan mal. El gobierno dio los medios para que el pueblo mejorara. Dio la financiación para que empresas locales, en la medida de lo posible, tuvieran ocupación, y generaran empleo.
Gastó dinero, porqué para eso sirve un estado, para gastar cuando nadie puede gastar, y acumular cuando todos gastan. El estado no es una empresa, no busca beneficios, sino calidad de vida. Y para ello, cuando nadie puede, debe endeudarse. Para poner en marcha una economía atrofiada por su misma política liberal de no intervención. Para intervenir en el mercado, cuando este demuestra que no se puede autorregular.
El gobierno permitió las obras, dio los medios, soltó el dinero. Pero el responsable de aprovechar la medida y sacarle partido, de que sus logros fueran visibles a todos, y que tuvieran una repercusión positiva sobre todos nosotros, es otro. El que tenia que vigilar donde invertía, donde gastaba y de que manera gastaba. El que tenia que velar por que la inversión otorgada beneficiara a sus vecinos, y a los vecinos más necesitados sobretodo, ese solo era el Ayuntamiento de Betxí, su ex alcalde, Manuel Blasco, y la responsable de economía y actual alcaldesa, María Pilar Martínez Vedrí.

5 comentarios:

  1. La lleváis clara en Betxí... Espero que releves a estos malos gestores

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  2. jose manuel soria mesas16 de febrero de 2011, 17:06

    8000 millones el primer plan €
    5000 millones el segundo plan €

    Sin ese dinero la economia española hubiese ido a peor. Cerca de 1,6 millones € invertidos en Betxí, con el cual se ha podido hacer todo lo que se ha hecho. Quizas se podrian haber otros proyectos, pero han venido muy bien para suplir la nula inversion del equipo de gobierno del PP

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  3. Si claro, el plan camps no vos interesa no?
    ni el forat que han fet per donar isos diners inutils nomes per a que pose ZP en una plaqueta

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  4. No és que no ens interesse, és que el PP el publicita dia si dia també. Quan no ajunta obres per tal que pareguen totes del mateix. Del que parlavem era del que el PP vol ocultar o apropiar-se'n. Recorda 800.000 euros el centre de dia del Rajolar, o la segona fase de l'auditori( per cert l'auditori també vos el vau voler adjudicar tancant-lo més d'un any sense que ningú el puguera veure). Dius que són diners inútils, però el qui hi han són obres inutils. O com li diries a desfer una plaça per a tornar-la a fer. Per no parlar del centre de dia, al que no se li han destinat els diners imprescindibles, ni s'ha concertat res amb la conselleria, després d'estar dient-ho durant vuit anys.Per no parlar de les obres del camp de futbol que esteu intentant camuflar com si foren totes del plan con fianza. En definitiva, els diners no eren inútils, el que ha passat és que el PP ha seguit la consigna de tirar els diners en obres que foren poc adequades per a poder criticar el pla Zapatero. S'han estimat més no aprofitar bé els diners, encara en contra dels interessos municipals, que donar l'opció a que el govern de Zapatero puguera ara inaugurar coses importants en cada poble. Podriem continuar, però ja ho farem.

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  5. De fills de puta feixistes el món és ple.
    I de botiflers, no cal parlar-ne.
    "Gràcies" PSOE per haver rebutjat la ILP per la "Televisió sense fronteres".
    Ens veiem a les urnes.

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